Entrevista con Damien Hirst


El pasado 15 de abril, la sede en ciudad de México de la Galería Hilario Galguera inauguró Dark Trees, una selección de pinturas desprendida de la serie blue paintings por la cual el artista británico Damien Hirst (Bristol, 1965) ha sido recientemente criticado hasta el exceso. Amén de representar un “momento de transición crucial y un alejamiento de su obra conceptual icónica”, dicha serie significa el regreso a la pintura del también autor de For the Love of God, el afamado cráneo de platino recubierto de diamantes vendido en 2007 por unos 50 millones de libras, convirtiéndose en la pieza artística de un artista vivo mejor cotizada en la historia contemporánea.




Dark Trees, Damien Hirst, Galería Hilario Galguera, México. Desde el 15 de abril de 2010.

FOTO :: © Damien Hirst, Damien Hirst en la Galería Hilario Galguera, Exhibición Dark Trees, Ciudad de México, 2010. Cortesía: Galería Hilario Galguera Fotografo: Sergio Lopez

Traducción :: Joanna Larequi


Con un semblante más bien austero, ataviado de sus inseparables gafas oscuras y un ánimo sorpresivamente amigable, el artista sostuvo, un día antes de la inauguración, la charla que a continuación reproducimos en un encuentro intimista con algunos medios de comunicación, entre los cuales estuvo "Spot".


Cuando hiciste tu primer show en México en el 2005 ya advertías a la prensa de tus intenciones de volver a la pintura…

¿Hablamos de eso en ese entonces? ¡Wow!

Sí, y también hablaste de tu interés por coleccionar el “Alarma”; de los homicidios a sangre fría y de tu pasión por México… La pregunta concreta en este sentido es: ¿hasta que punto México ha influido en tu vuelta a la pintura?

Bueno… Muchas de estas pinturas fueron realizadas en mi casa de la playa en México con elementos recurrentes que recuperé del ideario mexicano como por ejemplo el de la iguana. Resulta que en Pátzcuaro compré a un tipo de la calle una iguana de bronce que me cautivó tanto que aparece en varias de las pinturas que ahora presento. Además del tema de los cráneos y la muerte, la figura de la iguana es recurrente en esta serie, por lo cual supongo que sí: la influencia mexicana es bastante marcada.




Hablando con la gente a cargo de la galería, comentaban que esta serie representa el inicio de tu distanciamiento del conceptualismo; de tu distanciamiento de la “Industria Damien Hirst”…

Mmmm… No creo que sea verdad… Siempre he sentido que soy un tradicionalista del arte; nunca un conceptualista. En lo personal, creo que la historia del arte es una mentira sostenida desde la era de las cavernas hasta nuestros días. El arte, al final del día, acerca a los seres humanos y por ende tiene que tratar los asuntos que interesan a los seres humanos. Yo pasé por un largo periodo donde, para tener una idea acerca del mundo, tuve que hacer arte conceptual, pero aún desde ese punto de vista considero que he sido tradicionalista en esencia. Con el tiempo, la gente se ha vuelto menos creyente de los recursos del arte, como por ejemplo, en el caso de la fotografía. En su momento, la foto era la prueba fehaciente de un hecho, pero hoy día, no significa gran cosa en comparación con otras disciplinas artísticas como la pintura. Alguna vez, en una de esas anécdotas que he tenido con la policía, un tipo a quien se llevaron a la cárcel por entintar una de mis piezas, me pedía que rindiera explicaciones sobre la conceptualidad de mi obra. Yo le contesté que mi obra no pretendía ser conceptual, sino más bien tradicional y su discurso se vino abajo porque quería orillarme a defender una postura conceptual que no tengo. Aunque me gusta el arte conceptual, creo que mi propuesta ha sido más una reacción contra el minimalismo: una reacción contra ese ver cajas vacías por todos lados que más que transportar la obra de arte a mi mente, me han hecho terminar bastante frustrado. Volviendo a la pregunta, no creo estar cambiando nada en relación a mi postura respecto del arte. De hecho, no creo que ninguna de estas pinturas contenga algo diferente a lo que he venido haciendo. Más bien las considero como un segundo romance con la pintura.



¿Cómo te sientes en México? ¿Qué es lo que te ha orillado a quedarte?

Bueno… Un punto importante por el que empecé a venir a México, es porque Maya, mi pareja, es surfista, entonces regularmente tenemos que estar en lugares donde haya olas. Hace tiempo, visitábamos mucho Biarriz pero he descubierto que no congenio muy bien con los franceses. Con el tiempo, volver a México se vuelve cada vez más natural. Para nadie es secreto que tengo una casa en la playa… No sé si México me gusta porque me gustan los cráneos o si eso es sólo una parte de todo lo que encierra México y que me fascina.

Evidentemente, resalta el tema de la fascinación por la muerte…
Pero no sólo eso. ¡El clima es bueno también! En el fondo nunca he simpatizado con los ambientes extremadamente limpios. Siempre me gustó la mugre y el desorden y aquí tienes mucho de eso. Me encantan los sitios en que las personas están encima unas de otras; los sitios en que todo está cayéndose conviviendo en el caos. A nivel personal, me siento más a gusto en esa situación, tal vez es por eso que me gusta volver.

Si por algo se caracterizan las pinturas de Dark Trees es por el trazo mucho más marcado en relación con otras de tus pinturas. ¿Alguna razón en especial?

Hacer pintura es un proceso. Y siempre que llegas a un sitio nuevo es porque has dejado atrás otro. Si bien tuve una etapa hiperrealista, en la que la pintura se asemejaba más a una fotografía, podría decir que actualmente estoy en un proceso donde la idea de movimiento es primordial. El movimiento de los planetas, el movimiento de un niño…

Cuando presentaste esta serie en la Wallace Collection, la obra fue muy criticada, sobre todo por las marcadas referencias a Francis Bacon. ¿Qué piensas sobre todo lo que se ha dicho?

Creo que siempre se ha criticado lo que hago, ¿sabes? Cuando estuve en la escuela de artes, nos decían: “No tomen ideas; roben ideas”. La originalidad es algo que en realidad no es posible en el mundo actual. Cualquier cosa, cualquier idea que tengas, alguien más ya la tuvo antes. Yo me identifico con Bacon y quizás estas pinturas lo rememoren hasta cierto punto. Sin embargo, si yo no creyera que el cien por ciento de lo que transmiten es mío, no las exhibiría. Estoy seguro de que Bacon odiaría mi spot painting si pudiera verlo, por ejemplo. Cuando eres pintor, basta con que hagas una obra maestra para que el resto de tu producción tenga sentido.


¿Cuál ha sido la motivación para recuperar parte importante del ideario cristiano en tu obra? ¿Alguna reminiscencia personal?


Bueno, me criaron como un niño católico. Y de algún modo fui adoctrinado… La verdad es que de pequeño me gustaba decir que no creía en Dios pero cuando eres niño y tienes una familia cristiana, no te puedes deshacer tan fácil de ello. Actualmente para mí, la idea de Dios es efímera, aunque también creo que un mundo sin Dios no es un buen lugar para vivir, con todo y que no creo en Dios. Al final, creo que el amor, Dios o el arte son cosas que pueden estar unidas de algún modo. Y es maravilloso que la ciencia no logra ponerle sentido, porque si lo hiciera probablemente no habría necesidad de ello.

¿Cómo coleccionista, quién es el próximo Damien Hirst?

¡Dios, no sé ni siquiera cuál es el primero! No es nada personal, pero es difícil asegurarlo… Lo interesante de trabajar en el mundo del arte es que siempre estás buscando tu camino. Supongo que esta pregunta tiene connotaciones financieras en muchos sentidos. Y es que mucha gente compra arte para invertir; compran algo que no cuesta nada para después pedir mucho dinero a cambio. Tengo amigos coleccionistas que me compraron un botiquín en 1989 por unas 500 libras para venderlo, seis semanas después, por unas mil 500. Supongo que para ellos ese fue gran un trato, pero recientemente me han dicho: “oye, lo vendiste por nada… Ahora cuesta un millón de libras”. La parte emocionante del arte es que nunca sabes qué es lo que va a suceder con la obra de los creadores. Hay cosas que simplemente sobresalen sobre todo lo demás. La mejor manera de conseguir algo brillante es simplemente comprar algo que creas que es maravilloso. Digo, mucha gente compra para hacer dinero. Yo nunca compraría arte para hacer dinero, ya que me consta que muchos terminan con montones y montones de mierda (sic) Si quieres hacer dinero debes invertir en la bolsa de valores, pero si tienes suerte y compras cosas que amas, puede que hagas dinero.

¿Qué opinas de aquello que dijo Bruce LaBruce, respecto de que “La muerte es la nueva pornografía”?

¡Yo creo que es la vieja pornografía! Siempre lo ha sido. A la muerte es imposible ponerla en una ecuación, pero también es imposible no ponerla en la ecuación… Siempre ha habido magníficos quotes sobre ella, pero mi agente dice la más grande de todas: “Sólo hay dos cosas seguras en la vida: la muerte y los impuestos”. Samuel Becket, por su parte, decía que “la muerte no tiene porque darnos el día libre”… Sinceramente creo que el hecho de que la vida esté llena de cosas hermosas se debe en gran parte al hecho de que exista la muerte. Esto nos da la habilidad de apreciar las cosas realmente. Siempre he tenido la idea de querer ser eterno… al menos por un momento.

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