Face It: Entrevista con la Raggamuffin Feral is Kinky

Reconocida como una de las figuras centrales en la escena londinense de hoy en día, Caron Geary aka Feral is Kinky ha acaparado recientemente la atención de la industria del arte contemporáneo gracias a la eclosión de una propuesta híbrida, a todas luces transcultural, que construye su ideario desde la música, el performance, el video y la fotografía.




FOT :: Cortesía Antigua Casa Haiku



Testigo presencial de algunos de los acontecimientos que han marcado la industria musical británica de las últimas décadas, Caron Geary aka Feral; aka MC Kinky ha sido la primera mujer blanca raggamuffin MC en la historia de un género que hasta su incursión en la escena, estaba reservado a mujeres de raza negra.

Girl With a Halo I y II (2009), sus más recientes producciones discográficas firmadas bajo el seudónimo de Feral (el personaje enmascarado que también es centro de varios de sus proyectos artísticos) y producidas en colaboración con su banda Cantankerous, circula en el mercado de manera totalmente independiente, insuflando con ello nuevos aires a la escena Indie y al aparentemente marchito espíritu del “Hágalo Usted Mismo”.

Ovacionada por sus retratos, autorretratos y colaboraciones musicales con personajes de la talla de Erasure, Boy George, Danny Rampling o Paul Okenfold, entre otros, su obra es una plataforma visual y sonora de alto impacto que evidencia los efectos de una sociedad contemporánea marcada por la adversidad, el mestizaje y la lucha de sexos.

De visita en Barcelona para inaugurar Face It, la primera exposición individual en su carrera, producida por el curador Alex Brahim para la Antigua Casa Haiku, pudimos hablar con ella y esto fue lo que nos contó.




En tanto que chica británica nacida a principios de los ´70, ¿qué significa para ti la filosofía del “Do It Yourself” (DIY)?

Habiendo crecido en el centro de una Londres previa a la obsesión con Internet, el celular, las celebridades o la fama, la gente con la que solía salir y yo hacíamos las cosas que queríamos, obedeciendo a nuestras propias razones y echando mano de los recursos con los que contábamos. De pequeños, solíamos pasar el tiempo en las calles y en los parques, planeando siempre nuevas aventuras con los amigos. No siempre tuvimos el dinero para ir y comprarnos “lo último”, así que hacíamos, entre otras cosas, nuestras propias patinetas… La mía por ejemplo, no podía dar la vuelta en las esquinas, así que cada que me llegaba a una: o salía volando o me tiraba directamente al pavimento.

Recuerdo que una vez en los Kensington Gardens, me quedé medio traumada porque un grupo de niños ricos se burlaron mucho de mí por lo fea que era mi patineta. Después de eso, mi padre me hizo una de metal que parecía, más bien, una máquina de rebanar tobillos, pero a partir de entonces todo fue mejor. Entré en un equipo de skate y gané competencias que me aseguraron varias patinetas gratis. ¡Me salí con la mía! Recuerdo también que, entre mi padre y yo, personalizábamos bicicletas (una vez tuve una con cuernos de vaca como manubrio) con partes de otras bicicletas. Mi madre siempre ha sido bastante creativa, así que si yo veía algo por ahí que me gustara ella siempre podía, o adaptar algo que se le pareciera o hacérmelo ella misma.

En esos tiempos, solía ir a ver una banda llamada Funkapolitan, cuyos miembros eran más o menos contemporáneos a los New Romantics (risas) Recuerdo que tenía unos 14 años cuando empecé a salir por el Embassy Club y era fenomenal, pero conforme fui creciendo pude ir saliendo más de fiesta y varios amigos y yo empezamos a tocar en varios sitios. Formamos varias bandas y cuando nos dimos cuenta ya íbamos de fiesta a orillas del lado oeste de Londres, que quedada a 15 minutos, pero que encerraba todo un mundo que se abría ante nuestros ojos. De niña, e incluso de adolescente, nunca diferencié realmente entre masculino y femenino. Es sólo conforme vas creciendo que la reacción de los demás respecto de lo que dices y haces, va poniéndote en aprietos.

En este negocio nunca se trata de cuánto dinero tengas o de cuánto talento presumas tener, sino de ver hasta donde te puedes llevar personal y creativamente hablando. El dinero te ayuda, obviamente, pero la cosa no se pone interesante sino hasta que tienes el back up suficiente. Yo aún sigo esperando ese momento.

La historia de tu debut en la escena de la música es emocionante. Me encantaría que nos dijeras ¿cómo definirías ese momento de tu vida? ¿Cómo ha sido tu debut en la escena del arte contemporáneo?

Bueno, eso depende de qué consideres como el momento del debut, realmente, ya que antes de lo que se conoce públicamente sobre mi incursión en escena, ya estaba tocando la batería y haciendo letras para varias bandas.

Empecé haciendo de DJ y luego empecé como MC. Hice algunas apariciones independientes en algunos clubes de Londres donde Neneh Cherry y la mayoría de los “salvajes” estaban involucrados. Poco después se convirtieron en Massive Attack. Yo solía hacer de DJ junto a Rachel Auburn y tocar en clubes de Paris donde tocaba Wayne Shires, por ejemplo. Una vez tuve una residencia en un pequeño club llamado Freds donde había de todo: artistas, escritores, músicos; todo el mundo iba ahí.

Una de esas noches, mi amigo Fat Tony estaba ahí con Boy George, así que fui y le pregunté si todavía hacía pop/reggae y me contestó: “¿Por qué?” y sin más le dije que debería hacer algo conmigo. Me pidió que hiciera algo de MC y ahí mismo me puse a cantar. Poco tiempo después, estábamos grabando una canción llamada “Kipsy”. Después de eso, grabamos “Everything starts with an e” y luego “Generations of Love”, cuya letra co-escribí…

Nunca he tenido un manager, ni agente de relaciones públicas, ni compañía discográfica que me sirva de soporte para producir un álbum, por lo que creo que la filosofía del “Do It Yourself” siempre me ha servido (risas) Lo fabuloso de esto es que desde entonces he estado viajando, grabando discos y haciendo diversos shows, con lo cual siento que todo va bien.

Respecto de mi incursión en el mundo del arte, la verdad es que no me gradué sino hasta el 2006 y empecé mi carrera bastante tarde. Me siento bien de haberlo pospuesto porque aprendí mucho más fuera de la universidad que dentro y afortunadamente he conocido algunos curadores que han querido exponer mi trabajo como el vasco Xabier Arakistain o Ken Pratt de origen belga-escocés, pero que vive en Londres. Ambos son hiper inteligentes, muy “DIY”, trabajando al mismo tiempo en el mundo de la moda, el arte y la música.

En ese sentido, ¿qué significa para ti la figura de Boy George?

Fue algo muy bueno que haya sido lo suficientemente abierto como para darle a alguien joven una oportunidad, pero también es cierto que si no hubiera sido lo suficientemente buena, aquello nunca hubiera sucedido. Si no hubiera sido él, hubiera sido cualquier otra persona. Fue una cuestión de casualidad que ambos estuviéramos en el lugar correcto porque las canciones que grabamos le permitieron volver a ser tomado en serio por su sello discográfico, ganando un montón de credibilidad tanto en el mainstream de la música como en la escena underground.

¿Cómo te convertiste en raggamuffin MC?

Crecí escuchando mucho reggae, por lo cual considero que mi inmersión en el género ha sido de manera natural. De pequeña, comencé comprando algunos discos importados, aunque la mayoría eran álbumes regalados por una amiga de mi madre llamada Big Belinda que sólo salía con chicos negros. Conforme fui creciendo, empecé a salir a conciertos sound system, clubes y antros donde tocaban reggae. Cuando empecé a escribir letras de canciones (con tal de no hacer poesía) empecé escribiendo en este estilo. Sabía que no tenía una voz fabulosa, sabía que mi voz no era la clásica voz popera, pero aún así quería escribir y cantar. Sabía, sin embargo, que tenía la habilidad de escribir buenas canciones y buenas melodías, así que lo hice sin más; sin importarme si era chica o si era blanca.

¿Qué es el reggae para ti?

Pese a que el reggae ha tenido muchos cambios a lo largo del siglo XX, sigue siendo envolvente y su triunfo, al menos para mí, se nota al haber pasado a las pistas de baile. El ragga, sin embargo, es una forma más resistente, con más bases MC, con unas letras que van de lo amoroso a lo político; de lo religioso a las creencias sociales. Me gusta mucho la dureza de sus ritmos y sonidos, aunque he de confesar que no me gusta la homofobia cultural (islámica o cristiana) que tienen algunos de sus exponentes.

¿Quién es Caron Geary para sí misma?

Bueno, eso es una pregunta que amerita una respuesta larga y compleja. Para empezar podría decir que no puedo referirme a mí misma en tercera persona. Cuando estoy en casa, soy muy tranquila y relajada, pero cuando estoy fuera con amigos, es otra historia. Veo mucho a mi familia y aunque conozco y socializo con mucha gente, creo que tengo pocos amigos.

¿Quién es Feral para Caron Geary?

Feral es un alter ego que toca la música que yo escribo y actúa en algunos de mis proyectos artísticos, pero no es necesariamente un alter ego que vaya a durar para siempre.

¿Quién es Feral para Feral en sí mismo?

(Risas) …pero si sigo siendo yo, aún cuando me pongo la máscara… Lo cierto es que cuando estoy en modo Feral, puedo comportarme de distintas maneras, haga lo que haga. Feral fue creado para cantar en lugar de Caron o MC Kinky y poder hacer scratch nuevamente sin que nadie supiera que se trataba de mí. La verdad es que funcionó muy bien al grado de que ni mi hermana sabía que se trataba de mí. Ahora que la gente sabe que soy yo, la máscara se ha vuelto menos importante.

¿Podrías contarnos cómo es el proceso para crear cada outfit para Feral? ¿Cuáles son tus influencias?

Eso cambia todo el tiempo, pero la máscara es producto de una colaboración con un diseñador de Londres llamado Dean Bright. Yo tenía la idea de cubrirme por completo la cara, hablé con él, le conté algunas ideas y creó algo maravilloso. Las influencias para la máscara y outfits de Feral van de las influencias políticas de Irlanda y medio oriente, hasta influencias tribales de África, el lejano oriente y toda la iconografía religiosa gitana.

Creo que como músico y como artista, tu trabajo está cerca de una lucha contra la identidad. ¿Estás de acuerdo con esto?

Siempre he tratado fuertemente de mantener separados ambos medios, pero Arakis (Xabier) sugiere que estos se han entrelazado, lo cual me hace perfecto sentido porque es justo de ahí de donde han partido series como “Feral Portraits” o “Monstra Victoriana” que es una colaboración con la realizadora Helen Watkins. Una de mis nuevas piezas artísticas tendrá un guión escrito por mí, pero será interpretado por el performer y bailarín contemporáneo Russel Graham, también conocido como The Fabulous Rusella, el cual será coreografiado por Le Child, un coreógrafo y bailarín inglés que conocí de fiesta en los ochenta. Creo que en mi trabajo el presente se combina con el pasado para construir el futuro, así que más que una crisis de identidad se trata de construir una identidad morfológicamente flexible.

¿Qué estás escuchando estos días en tu iPod (o lo que sea)?

Últimamente he estado escuchando 60 nuevos tracks de electro clash y tech house porque haré 2 nuevos discos con mezclas y la semana que entra tendré un gig en Madrid como DJ en el Boom Box, así que quiero tocar material nuevo. Esta misma tarde estuve escuchando algo de Bryan Ferry, Grace Jones, Bob Dylan, Joan Baez y algo de viejo reggae. No suelo escuchar mi propio material, al menos que sea como preparación para algún show, así que estos días estaré escuchándome para estar lista para el performance en vivo que haré en la Antigua Casa Haiku como parte del show inaugural de mi primera exposición individual.

¿Qué esperas de tu primera individual en Barcelona?

Para empezar, estoy muy emocionada. Realmente me gusta España, especialmente Barcelona, Madrid y Bilbao, pero también las islas como Mallorca (las universidades ahí sí que arman buenas fiestas) y también el sur. Estoy muy agradecida con Alex Brahim por haberme buscado para producir mi primera exhibición individual. Será muy bueno ver a mis amigos de Barcelona, tanto a los españoles como a los otros que ahora viven aquí. Lo que más me gusta de Barcelona es que es un sitio realmente multicultural.

¿Si no hubieras sido Caron Geary, quién te habría gustado ser?

No suelo pensar en términos de quién me gustaría ser, sino más bien en términos de qué me gustaría cambiar, qué no he hecho o qué me gustaría hacer. Me gustaría ser más exitosa, por ejemplo. El éxito y el dinero te dan lujo, es por eso que la gente no debería quejarse cuando está demasiado ocupada o tiene que volar de un lado a otro, pues hay gente por ahí que tiene que limpiar excusados todo el día.

¿Cómo se siente la escena londinense hoy en día?

Se siente que hay mucha gente haciendo cosas. Con la era digital y la tecnología de hoy en día, cualquiera puede grabar un disco o hacer una película, pero no por ello todos lo hacen bien. Es cierto que se hacen muchísimas cosas, pero soy de la idea de que las cosas que no son especiales, han de quedarse guardadas en un cajón. Pero eso es sólo desde mi punto de vista estético, porque siempre hay algo por ser dicho, aunque sea menos preciosista que lo que yo deseo ver. Todavía salgo por ahí de inauguraciones y de fiesta. Si se pone buena la cosa, me quedo y si no, pues simplemente me voy.

¿Algo que declarar?

“Nada to declara” (sic) (risas) … Actualmente estoy tratando de conseguir fondos para producir mi nuevo proyecto artístico que fusiona sonido, filme y fotografía. Estoy en el estudio de grabación trabajando con diferentes DJs y productores. Realmente me encantaría ir a Argentina, Brasil, Japón o los Estados Unidos… Estuve a punto de estudiar antropología social en la universidad cuando tenía 18. Mi abuela tiene 85 años. Nunca tendré un trabajo tradicional ni trabajaré para nadie. Soy bastante tímida.

Más información: www.myspace.com/carongeary

Entradas populares de este blog

Ventanilla Única de Yoshua Okón - Entrevista con Roberto Barajas (Curador)

Proveta de Diversitat: lecciones de amor para un heteropatriarcado muerto

Entrevista con Damien Hirst