BMW Z4 :: An Expression of Joy

A principios de junio pasado, BMW anunció la llegada al mercado mexicano de su BMW Z4, el nuevo roadster de la marca, cuya campaña de marketing internacional atrapó a la escena desde el año pasado por su evidente naturaleza artística: una action painting de 100 x 200 m a cargo del artista sudafricano Robin Rhode que bajo el título de An Expression of Joy, convirtió al auto en la “brocha” más grande utilizada jamás para crear una pintura. 


Enmarcada dentro de las actividades que la BMW Art Car Collection promueve desde 1975 con tal de generar puentes entre el mundo del arte y el mundo del motorsport, la intervención de Rhodes (Sudáfrica, 1976) significó la excepción a la regla de una tradición de la marca, según la cual ciertos modelos de su línea son ofrecidos a artistas de la talla de Calder, Rauschenberg o Eliasson, entre otros, para ser intervenidos, coleccionados y corridos.

Pero esta ocasión, el BMW Z4 dejó de ser el “lienzo” para convertirse en el elemento ejecutor de la pintura, logrando con esto un espectáculo que además de añadir una nota a pie de página en la historia del action painting, ha servido de imagen promocional del modelo a nivel internacional, convirtiéndose así en una de las piezas de arte más difundidas recientemente.

Diplomado en Bellas Artes por la Technikon Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica, Rhode se ha vuelto popular gracias a una propuesta interdisciplinaria que echa mano del performance, el happening, la pintura, la fotografía y el video.

Habituado a diseñar acciones a partir de sus propias pinturas, Rhode suele trabajar en espacios públicos como canchas deportivas, plazas públicas, museos, paredes, galerías e incluso las calles mismas. A través de su obra, el artista construye narrativas que proponen por un lado la resignificación del concepto de “obra de arte” y por otro, una mejor comprensión de las relaciones entre Creador y Creación.

El resultado de esta mezcla de intereses ha producido una interesante plataforma creativa que además de lúdica, revitaliza entre otros asuntos, los dispositivos convencionales de producción artística, sus medios de difusión y sus posibles vínculos con el mundo del marketing. De ahí la relevancia que An Expression of Joy ha tenido en su trayectoria: “Para mí, el hecho de hacer una pintura con el auto y utilizarlo como elemento ejecutor de una pieza, ha sido una gran oportunidad de investigar entorno a la relación entre Emoción, Tecnología y Creatividad Industrial. El desarrollo de la pintura, el proceso de formación, así como el proceso de documentación en video han sido tan importantes para mí como la obra misma, razón por la cual decidí titularla An Expression of Joy”, reveló Rhode a la prensa.

Parte importante de la popularización de Robin Rhode tiene su origen en 2003 a raíz de Car Theft, una performance en el Walter Art Center de Minneapolis donde frente a una audiencia considerable el artista dibujó un coche en la pared para después tratar de romperlo con una piedra, llegando incluso a la violencia. Un acto absurdo que amén de haber provocado la ovación del público, le situó en el ranking de los street artists más interesantes de su generación al lado de Banksy o Zevs, por ejemplo.

El éxito le vino pronto y en 2005 representó a su país en la edición 51 de la Bienal de Venecia. 2007 sería el año en que cerraría acuerdos con la Perry Rubenstein Gallery de Nueva York y 2008, el año en que su carrera alcanzó un punto álgido: individuales en la Hayward Gallery y la White Cube Gallery, (ambas en Londres) y el contrato con BMW para proyectar la performance con el BMW Z4 y la utilización del material audiovisual generado por Jake Scott (el creativo detrás de algunos videos de U2, y Smashing Pumpkins, entre otros) como la imagen de su campaña publicitaria a nivel internacional.

Emparentada con algunos trabajos de Pollock, Klein o Richter, la propuesta de An Expression of Joy nació de la idea de “presentar la nueva generación de BMW Z4 en una locación inusual”, idea que en su proceso de desarrollo se convirtió en un espectáculo de naturaleza tanto artística como mercadológica.

El proyecto creció a tal grado, que para su realización se tuvieron que contratar las instalaciones de los Downey Studios en Los Ángeles, contratar a un conductor especializado en car performances, invertir 12 horas de trabajo continuo, esparcir unos 160 litros de pintura y coordinar 45 cámaras de video que desde 45 ángulos diferentes dejaron constancia de todo el proceso. El diseño de la acción contó con un guión diseñado por el propio Rhode, en el que se describía al conductor prácticamente cada uno de los movimientos que habría de hacer con el auto para ejecutar la “coreografía” que daría lugar al lienzo modular que estará itinerando durante todo el 2009, durante la campaña promocional del auto.



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